LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA: HOMENAJE AL LLEGAR EL MES DE MAYO

Estamos ya a 30 de abril, un més que da carpetazo para dar entrada al de mayo, tradicionalmente dedicado a la Virgen María. Por ello he decidido investigar un poco en la advocación de la Virgen de la Almudena, Patrona de la Villa de Madrid, y en la Catedral, que le da cobijo.

Se encuentra al final de la Calle Bailén, en su confluencia con la Calle Mayor, y delante de la gran plaza de la Almudena, teniendo como vecino al Palacio Real.

Pese a haberla conocido por sus innumerables obras, se puede decir que está ya finalizada, si exceptuamos algunas partes de su decoración.

La efigie de la Virgen, de la que recibe su nombre, Santa María la Real de la Concepción de la Almudena, que es su verdadero nombre, es la única Patrona de la Villa de Madrid, siendo su «competencia» la Patrona de la Corte, la Virgen de Atocha, de gran arraigo en la Familia Real.

Virgen de la Almudena(izda) y Atocha(dcha)

Respecto a los orígenes de la imagen son inciertos, se cree que la trajo a Madrid San Calógero, discípulo de Santiago; pero de ser así percibiríamos una influencia bizantina inexistente; se ha sabido que esta imagen original se perdió durante un incendio que afectó a la Iglesia de Santa María durante el reinado de Enrique IV , siendo sustituida por una salida del taller toledano de Petit Joan a finales del XV.

Virgen de la flor de lis, hoy en la Cripta.

Su nombre hace referencia al lugar donde se encontró, la «Almudayna» o ciudadela árabe. La historia cuenta cómo los cristianos visigodos la ocultaron en un cubo de muralla por la invasión de tropas agarenas, y cómo en 1086 Alfonso VI , al ser informado de su existencia, organizó una procesión que, tras dar varias vueltasa la muralla, al llegar al lugar donde se hallaba, milagrosamente la encontró, al derrumbarse parte del muro, apareciendo la imagen de la Virgen con las dos velas encendidas. La imagen fue llevada a Santa María frente al Palacio de los Consejos de la Calle Mayor, de ahí se trasladó primero al convento de las Bernardas del Sacramento, luego a la antigua Catedral de San Isidro, hasta su emplazamiento definitivo.

Es patrona de Madrid desde que su milagrosa intervención sofocó uno de los incendios que tuvieron lugar en la Plaza Mayor,» venciendo» a la de Atocha.

Incendio en la Plaza Mayor

La Iglesia de Santa María era uno de los diez templos fundacionales de Madrid. Debió ser un modesto edificio de Corte goticista, con influencia mudéjar. Luchó por ser catedral desde tiempos inmemoriales con la tenaz oposición del Arzobispo de Toledo. Hasta el reinado de Alfonso XII y el empeño de su esposa María de las Mercedes no lo consigue.

Alfonso XII y María de las Mercedes

Ceden el terreno frontero al Palacio y junto a la Cuesta de la Vega, donde la tradición sitúa la aparición de la imagen; y en 1883 se coloca la primera piedra, con arreglo a los planos del Marqués de Cubas. Finalmente el Papa Leon XII dictamina que sería Catedral de la diócesis de Madrid Alcalá. Se inspiró en modelos de las Catedrales góticas francesas y españolas.

Lo ideado era un edificio con cripta, constutuído por tres naves con crucero, multitud de capillas, girola y deambulatorio. Se comenzó por la cripta, que no pudo ver el marqués por su fallecimiento. le suceden Miguel de Olavarría y Enrique María de Repullés.

Plano Marqués de Cubas.

Como la fachada gótica desentonaba con lo barroco del palacio se convoca de nuevo un concurso, que ganan Carlos Isidro y Fernando Chueca Goitia. Realizan las dos torres y cubren las tres naves hasta la zona del crucero. Luego continuaron con girola y cabecera, así como la fachada del Campo del Moro.

Diversos avatares impidieron su conclusión hasta 1992, en que se concluye la Fachada de Bailen, la del Campo del Moro y las radiales del deambulatorio. en la cúpula se cambió el primitivo proyecto de cimborrio por cúpula semiesférica. En el transcurso de un año se terminó, siendo consagrada en 1993 por  El Papa Juan Pablo II.

Recomendado aunque poco conocido el Museo de la Catedral. La visita muestra a los Patronos de Madrid: La Virgen de la Almudena y San Isidro Labrador, y un recorrido por la vida de la Iglesia a través de los siete sacramentos. ¡Visitadlo si podéis!

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¿ALGUNA VEZ HAS VIVIDO CÓMO SE RECONSTRUYE UN MUSEO DESDE DENTRO?

Ayer visitamos en primicia lo que serán las instalaciones del futuro Museo Arqueológico Nacional, que abrirá definitivamente sus puertas dentro de un año aproximadamente. He de decir que me picaba la curiosidad, y mucho, no en vano el Museo y yo compartimos un vínculo especial, fruto del par de años que estuve trabajando en él como guía en sus secciones de Prehistoria, Egipto, Grecia y Roma.

La primera impresión cuando entras en las instalaciones es que te encuentras en un lugar completamente  diferente. El lugar de recepción, que antes estaba ubicado al traspasar la majestuosa puerta flanqueada por las dos esfinges esculpidas por  Felipe Moratilla a su regreso de Roma; se encuentra actualmente al final de una cuesta que parte de dicha puerta a mano izquierda.

 Esfinge de  Felipe Moratilla.

Recepción, cafetería, el gran espacio multifunción que hará las veces de taller de cerámica( entre otros) y tienda-librería podrán ser visitados de modo independiente, sin pagar entrada. Queda  de este modo a la altura de otros grandes espacios culturales como el Thyssen, el Reina Sofía, o CaixaFórum, donde puedes quedar a tomar un café o a charlar con los amigos sin necesidad de «retratarte económicamente» en la puerta. Yo lo considero todo un acierto.

Imagen de la futura recepción. Grande e impactante, ¡No!

Los  materiales empleados en esta ampliación están minuciosamente elegidos y estudiados. Mármol travertino en el suelo con hilo radiante por debajo, para preservar las piezas con el calor y humedad que necesitan; madera «merbau», de óptimas condiciones, acanalada para que la acústica en las salas sea la perfecta…nada ha sido dejado al azar.

El edificio inicial fue  iniciado por el arquitecto Francisco Jareño y finalizado por Antonio Salces, compartido con la Biblioteca Nacional y situado en la calle de Serrano junto a la Plaza de Colón

 Entrada exterior del Museo.

Lo  fundó Isabel II el  20 de marzo de 1867.  Su creación estuvo motivada por la necesidad de disponer de un gran museo nacional donde, al igual que en otros países europeos, se pudieran conservar, clasificar y exponer los materiales arqueológicos, etnográficos, de artes decorativas y numismáticos.

Sufre la primera remodelación en los años 70. En esta epoca se descubren los patios, se baja un nivel y se excava una planta. Así se puede introducir una entreplanta en el tercer piso, que obliga a construir nuevas ventanas, un poco «a piñón», pero que hoy en día nos resultan completamente naturales en el conjunto.

Impactante vista de la cubierta de hierro y cristal, bajo la cual ubicarán la Biblioteca.

En la actual reconstrucción han están teniendo que lidiar con la problemática de adecuar un edificio de siglo y medio de antigüedad, a la hora de introducir todo el soporte tecnológico moderno; cuentan además con el agravante del complejo traslado de las piezas que componen la colección, dado su tamaño, antigüedad, fragilidad y valor económico. Con pies de plomo y un cuidado exquisito, las han mantenido en el museo embaladas y debidamente empaquetadas y metidas en cajas seguras. Algunas han tenido que ser trasladadas a una nave que han alquilado en Meco. Para ello existe la figura del «correo» persona que se «pega» cual sello a la pieza desde que es sacada o desclavada del museo hasta su traslado y colocación en lugar seguro.

Un «correo» con la obra que custodia.

El proyecto del Museo actual es el más ambicioso que ha afrontado nunca la Institución. Rodríguez Frade y  su estudio en lo arquitectónico, Empty en cuanto a organización museográfica del mismo, y el fotógrafo José Manuel Ballester como  cronista gráfico lo están haciendo posible. ¡Estuvimos caminando entre las piezas que conforman el sepulcro de Pozomoro, y entre las cajas que contenían los tesoros egipcios! Un lujazo increíble, ¿No creéis?

Vimos de primera mano cómo se restauraban los paños de tapices del XVII, así como piezas de mosaicos que, en el patio central, recuperaban su señorial empaque.

Tras la experiencia, a todas luces inolvidable, nos marchamos a la terraza del Cafe y Te de Independencia a tomar una cañita e intercambiar impresiones. ¿Próxima parada? La indumentaria del Romanticismo en el Museo del Traje. Poneos vuestras mejores galas y veníos  con nosotros!

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UNA TARDE EN COMPAÑÍA DE ODILÓN REDÓN Y SU UNIVERSO ONÍRICO

Ayer tuvimos la suerte de disfrutar de esta exposición casi en soledad, afortunadamente, debido a la hora a la que teníamos concertada la visita: las tres y cuarto.

Parece que las actuales fundaciones están dedicando parte de su empeño a reivindicar la obra de artistas casi abandonados en fantásticas retrospectivas que sirven, entre otras cosas, para homenajear su  papel en el arte de su tiempo.

Bertrand- Jean( su nombre real) nació en 1840 en la localidad francesa de Burdeos. Sus padres acababan de llegar procedentes de Nueva Orleans, donde su padre había acumulado una pequeña fortuna desbrozando bosques. Ya América despuntaba tímidamente como la tierra de oportunidades en que se convirtió después.

Sus primeros años transcurrieron sin sobresaltos. Contrastó su figura y temperamento, que odiaba cualquier suerte de esfuerzo físico, con la de mítico aventurero de su padre. Su apodo cariñoso se debe al nombre de su madre, Odile, que solía llamarle mi pequeño Odilón.

El autorretrato que nos recibe a la entrada de la exposición ya nos aporta datos sobre su carácter tímido y reservado, con el rostro en tres cuartos en semipenumbra en su lado derecho.

Aparece tras un repecho de ventana, recurso psicológico de distanciamiento del espectador, al que no quiere enseñarle del todo su personalidad enigmática y atormentada.

Hasta sus once años y por motivos de salud fue enviado a vivir a la campiña francesa en compañía de un tío suyo. La vuelta a Burdeos para ir al colegio le supone un duro golpe, el joven se refugia más que nunca en su mundo interior. En estas fechas tiene intensas experiencias estéticas, en ocasiones teñidas de ciertas dosis de arrebato místico.
Por otra parte, aparecen ya unas inquietudes creativas que se concretan en la realización de copias de grabados de la época y en la práctica de la escultura.

En esta época de formación dos personajes van a marcar su vida: uno el acuarelista Stanislas Gorin, y el otro Gustave Moreau. Ambos le influyen en  su arte.

Aparte tendrá gran amistad con Armand Clavaud, biólogo que siente fascinación por los seres microscópicos, que le hace estudiar y pintar de modo recurrente. Le abre los ojos al mundo de la literatura de Poe, a Baudelaire, y le hace conocer, entre otros personajes a  un par de ellos por los que Redón va a sentir una enorme fascinación: Delacroix, por un lado, y Goya por otro. A él dedica emotivos homenajes, fruto del enorme impacto que le causaron la serie de los caprichos de nuestro genial aragonés.

Tras un penoso episodio -que el artista definiría en términos de «tortura»- en la Escuela de Bellas Artes de París, donde su espíritu libre choca con el rígido academicismo de su profesor Gerome, hacia 1864 Redon conoce al personaje que mayor influencia habría de ejercer en su formación, el dibujante y grabador Rodolphe Bresdin.

Uno de las seis láminas-homenaje a Goya.

Todo esto se estaba produciendo mientras los impresionistas empezaban a pintar al  aire libre, buscando el naturalismo casi científico en sus obras, fruto de las teorías coloristas de Chevreul o el mismo Newton.

Odilón expone en el Salón de los Rechazados, pero curiosamente en franca oposición a los pintores impresionistas. Él en sus comienzos pintará xilografías, litografías, carboncillos o acuarelas exclusivamente en blanco y negro.

Bajo el signo de libra. Homenaje a Poe.

En un escenario artístico como el francés de los años ochenta, totalmente dominado por el color, la sombría austeridad de esta obra no podía encontrar muchos compradores. No obstante, la publicación de carpetas de litografías, de una tirada no superior a los cincuenta ejemplares, contribuyó a la expansión del círculo de sus clientes.

Entre estos iniciados se encontraban Stéphane Mallarmé, el más notable de los poetas simbolistas, y J.K. Huysmans, autor de A Rebours( A Contrapelo), auténtica «biblia» del decadentismo. Odilón se reúne todos los martes en Paris, en una lóbrega habitación, con ellos y con músicos de la talla de  Debussy en aras a un arte sugestivo, no natural, en que estarían unidas la literatura, la música y el arte.   y es que los límites de la creación artística cada vez estaban más difusos entre sí.

Debussy(izquierda) y Mallarmé( derecha) amigos del artista.

Su universo atormentado y angustioso también es fruto de su participación en la Guerra Franco- Prusiana, donde vivió con intensidad los horrores de la guerra.

En 1890, Redon regresa al mundo del color. Es un artista que concibe el arte como una síntesis entre los estímulos de la realidad exterior y el mundo interior. Se traslada a vivir al campo, a una propiedad que su esposa recibe como herencia, y allí escribe uno de los capítulos más felices de su existencia. Comienza a pintar pasteles y oleos con motivos florales, de meandros sinuosos, y formas orgánicas tan frecuentes en el art nouveau, una de las máximas influencias, junto a la de los nabis, que preconizan una vuelta al arte y estética medievales.

Esposa de Odilón Redón.

Desde 1895 el pintor se consagra a la pintura al óleo y al pastel y su obra gira alrededor de una serie de temas recurrentes, como los jarrones de flores, la mitología, sus pegasos y sus  los cuadros de tema religioso, tanto sus Cristos con coronas de espinas, o su maravilloso cuadro de Buda, impregnado de referencias al art nouveau; o la representación de la figura humana, los  Oannes( ojos cerrados), en los que nos conduce a pensar que las retratadas poseen más fuerza en lo que no expresan que en lo obvio que aparece a nuestra visión.

Pegaso, Oannes, y Buda.

Las barcas son otro motivo de los muchos a los que recurre y domina. Para él tienen connotación mística, ellas y el mar sobre el que navegan. El embarazo de su madre tuvo lugar durante la travesía que los traía de América a Europa, así que se sentía hijo del mar, en cierto modo.

La tempestad.

Un par de desgracias le sacuden: la muerte de su hermana y de su hijo de seis meses de edad. Sufre un retroceso de nuevo a ese mundo negro atormentado. Felizmente le recupera el nacimiento de su segundo hijo, un joven sano e inteligente llamado Arï.

Retrato de Arï Redon con cuello marineroArï Redón.

Tras la marcha de Gauguin a Tahití en 1891, los nabis le adoptan como maestro. Poco a poco, su obra va perdiendo el carácter minoritario, introduce cuadros dedicados a artes decorativas y suntuarias, como sus alfombras árabes de oración .

En 1916,  angustiado por no tener noticias de su hijo ArÏ que luchaba en la gran guerra,  y por el cual realizaba un retrato de la Virgen (dicen que rezaba mientras pintaba) ,Redon encuentra la muerte, una vieja amiga con la que durante toda su vida mantendría una ambigua relación de amor y odio.

¿Simbolista? ¿Postimpresionista? ¿Surrealista? juzgad por vosotros mismos.

Un personaje fascinante a todas luces, que nos dejó con un sabor de boca inmejorable. Además tanto el montaje de la exposición, como la atención fueron excelentes. ¡Salimos encantados!

PRÓXIMA CITA: ¿ALGUNA VEZ HAS VIVIDO CÓMO SE RECONSTRUYE UN MUSEO DESDE DENTRO?

Hoy nuestra cita con Odilón Redón nos ha dejado con un estupendo sabor de boca. Prometo escribir una entrada como Dios manda mañana sobre el particular.

Ahora os dejo la invitación de la Actividad del próximo miércoles. Espero que la encontréis interesante ¡No faltéis!

SEMIMARATÓN DE VINOS EN LA RESIDENCIA DE FRANCIA EN MADRID

Ayer a las 19.00 horas acudimos al semimaratón de vinos organizado por Vinofilia en la Residencia de Francia en Madrid, situada en Serrano 124. ¡Cuántas veces habré  pasado  por la puerta muriéndome de ganas de asomarme al interior de este lugar mágico, envuelto en misterio por las vallas que lo aíslan del exterior!

Comencé mi investigación del edificio que iba a ser nuestro anfitrión de lujo en la velada, y descubrí muchas cosas interesantes, que paso a a compartir con vosotros:

El 19 de marzo de 1941, el entonces Embajador de Francia en España, François Piétri, compró el edificio de la Residencia de Francia, situado en el número 124 de la calle Serrano, con el fin de establecer en él su residencia.

La propiedad, que pertenecía a la familia Urquijo y está situada entre la calle Serrano y la Avenida de América, incluía fundamentalmente dos edificios: uno principal, construido en 1920, próximo a la calle Serrano, y otro anexo, cercano a la calle López de Hoyos, edificado en 1930. Por su estilo arquitectónico, este último recibe el nombre de Villa andalouse. Más tarde, se eliminarían construcciones accesorias como dependencias, cancha de tenis, picadero e invernadero.

Pasados unos años, el 4 de julio de 1941, el Embajador Piétri remató la operación adquiriendo la esquina que se abre sobre la calle Velásquez y que pertenecía a la Congregación de las Irlandesas. De esta manera, el Estado francés se convirtió en propietario de la manzana de casas situada entre las calles Serrano, María de Molina, López de Hoyos y Pedro de Valdivia, que representa una superficie total de 18.639 m2.

Mientras se realizaba una inmensa obra para agrandar el edificio principal, el Embajador Piétri estableció su residencia en la Villa andalouse. Todos los Embajadores que le sustituyeron también se instalaron en ella hasta 1968, fecha en la que, una vez concluidas las obras, el Embajador Boisseson pudo mudarse a la nueva Residencia.

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Las obras de reforma de la Residencia de Serrano, comenzadas bajo la dirección de Jean-Jacques Haffner, arquitecto en jefe de los Palacios y Edificios Nacionales, asistido por Daniel Zavala, arquitecto español, duraron cerca de veinte años. Las dificultades financieras que atravesó Francia después de la guerra retrasaron considerablemente su ejecución. Guy Mélicourt fue elegido para suceder a Haffner en colaboración con Fernand Genilloud, arquitecto local. Se concibió una docena de proyectos para modificar el conjunto de la propiedad.

Finalmente, en 1995, tras la marcha de los servicios del Agregado de Defensa, que la ocuparon de 1969 a 1995, se optó por transformar a la Villa andalouse en residencia para el Ministro Consejero de la Embajada. Las obras de reforma tuvieron lugar en 1996 bajo la supervisión de Francisco Mayor Lobo y Esperanza Gallego Conde, ambos arquitectos locales.

Así, la Residencia de Francia y la Villa andalouse han recuperado su vocación inicial, a saber, acoger en sus salones y jardines a los invitados de Francia.

El programa era para cortarle la respiración a cualquiera. Os dejo una imagen gráfica de lo que allí nos obsequiaron:

Estaba pensando si reducir el tamaño de la regia invitación, pero lo voy a dejar así, para que lo podáis leer bien.

El personal que nos hacía el relato de lo que íbamos degustando fue de lo más amable y solícito: desde el que nos recibió en la antesala con sus dos tipos de champagne, tanto el blanco (Huré Brut) como el rosado(Huré Rosé), como los propietarios de los vinos franceses, con denominaciones que iban desde la Alsacia ( Riesling, Gewurztraminer, o Vendimias tardías), Loira (Muscadet, y Valençay) o la Provenza( Aurelia Prima), la valoración de ellos no pudo ser más positiva.

De Argentina probamos el Trapezio, y el Bobó, en sus añadas de 2007 y 2008; es un vino muy rico en aromas el de esas latitudes. Finalmente de nuestra tierra había vinos leoneses, como El Médico, Mittel(Albarín blanco) y el Mittel rosado, para mí todo un descubrimiento.

La degustación de ostras sorlut fue sencillamente increíble. ¡Era la primera vez que las probaba! No fueron decepcionadas mis expectativas, son un manjar de dioses.

En los Quesos de L´Amelié nos trataron con el mimo de siempre, y nos hicieron disfrutar de sus quesos por partida triple, terminando con unos de cabra muy cremosos, con costra fruto del proceso de ahumación de los mismos, o un queso con sabor a nuez que estaba delicioso.

El capítulo de patés fue valorado con sobresaliente. Savours de France sabe darles el toque perfecto, con el Muscadet estaban de muerte!

Y un remate de oro lo puso el jamón de lujo, en el apartado  de salados, con ese entreverado tan singular de las buenas patas.

No podía terminar el recorrido gastronómico sin un remate dulce de chocolate, servido en láminas deliciosas al paladar, o en originales trufas.

Degustamos  esas delicias junto a los tapices de los gobelinos  ENCUENTRO DE FELIPE IV Y DE LUIS XIV EN LA ISLA DE LOS FAISANES, EL 7 DE JUNIO DE 1660 y CEREMONIA DE LA BODA DEL REY, EL 9 DE JUNIO DE 1660 . Dichos tapices adornan el Salón , y contribuyen a realzar su importancia y empaque.

Como indica le leyenda del tapiz primero, el objetivo del encuentro de Luis XIV y Felipe IV era acabar definitivamente con la guerra entre Francia y España y poner así punto final a la Guerra de los Treinta Años. El Tratado recibió el nombre de La paz de los Pirineos e incluía una serie de cláusulas muy ventajosas para Francia, entre las que cabe destacar la adquisición de la región del Rosellón. Además, el Rey contraería matrimonio con la hija mayor de Felipe IV, la Infanta María Teresa.

Los plenipotenciarios allí presentes eran del más alto rango ya que se trataba de los dos Primeros Ministros, Don Luis de Haro para Felipe IV y Mazarino para Luis XIV. Las conferencias se celebraron en una pequeña isla del Bidasoa, río fronterizo entre ambos reinos. La isla, de nombre Isla de los Faisanes, prestó su nombre al encuentro de los dos soberanos que decidieron ratificar ellos mismos la paz que había sido firmada el 7 de noviembre de 1659.

En el segundo tapiz de Charles Le Brun se lee : «Ceremonia de la boda de Luis XIV, Rey de Francia y de Navarra, con la Serenísima Infanta María Teresa de Austria, hija mayor de Felipe IV, Rey de España».Mobilier National (Gobelins)

Entre otras cosas, la Paz de los Pirineos estipulaba la boda de Luis XIV con su prima, la Infanta María Teresa. Esta última, quince días mayor que su primo, era hija de Felipe IV de España y de la primera esposa de este último, Isabel de Borbón, hermana de Luis XIII. El contrato de matrimonio preveía que la Infanta renunciaría a sus derechos a la corona de España a cambio de una dote de quinientos mil escudos de oro. Es precisamente el hecho de no pagar aquella dote, añadido al testamento de Carlos II, último Habsburgo de la Casa de Austria en España, lo que justificó que en 1700, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, accediese al trono de Madrid con el nombre de Felipe V.

La boda del Rey y de la Infanta tuvo lugar en la iglesia de San Juan de Luz el 9 de junio de 1660. Se levantaron «dos altos palios de terciopelo violeta salpicados de flores de lis de oro». El Rey vestía traje negro y «no llevaba pedrería alguna» (Madame de Motteville) y la reina vestía traje real con corona cerrada. Antes de comenzar la ceremonia, el Obispo de Bayona, que oficiaba la misa, llevó al Rey el anillo que este último le entregó a María Teresa. Este es el momento que inmortaliza el tapiz.

Así pues, después de todo vemos que el «maridaje» entre arte y gastronomía es posible, incluso en eventos como el que ayer disfrutamos, ¿No estáis de acuerdo?


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LOS BALLETS RUSOS DE DIAGHILEV. CUANDO EL ARTE BAILA CON LA MÚSICA

Ayer tuvimos la fortuna de visitar esta magnífica muestra en CaixaFórum. He de decir que siempre que visito este espacio me encanta recrearme en el famoso «Jardín Vertical», obra del francés Patrick Blanc; compuesta de 2500 especies que varían según la estación, conformando un enorme tapiz natural, y que nos introduce en el edificio que parece levitar sobre el suelo, como si de una nave espacial se tratase.

Diaghilev nace en 1872 en la alta sociedad de San Petersburgo. Fue impulsado en su carrera por su madrastra, que le adoraba, y que siempre le apoyó. Por su situación podía haber accedido de modo natural al Teatro Imperial ruso, pero el tenía otra idea rondándole su visionaria e inquieta mente. Así pues, y en conexión con el coreógrafo Fokine idean formar la compañía de los Ballets Rusos, donde la música, la danza y el arte actuarían en igualdad.

Se revoluciona así la danza, que entonces se realizaba al modo italiano del «Ballo Grande», en el que gran profusión de personajes arropaban en escena a la  «prima ballerina», y cuyos movimientos eran aún algo simples, estereotipados; o al  del Ballet Romántico en el que el bailarín vestía mallas y la bailarina tutú. En él ella era protagonista absoluta, y él servía de soporte.

Diaghilev introduce la identidad rusa en vestidos, temas y coreografía, con danzas más variadas y atrevidas de movimiento, imbuídas de tradiciones locales ancestrales. Se dice que acompañado de su equipo se trasladó a la estepa rusa en busca de los tradicionales «sicavs»vestimentas de tonos intensamente vivos.

Con ellos se estrena en el Teatro Mariinski, en «Las Sílfides». Como era su costumbre, supervisó hasta el ultimo detalle en vestuarios y decorados; no en vano le llamaban el «Napoleón» del arte. En Su «Príncipe Igor» y la épica lucha que mantiene contra los polovtsianos, o «Sherezade» contará además con Rimsky- Korsakov.

Tiene la exposición una Joya Audiovisual, así con mayúsculas, y esta es una filmación de su «Giselle» representada durante la estancia del Ballet en Suiza. Se desconoce cómo se pudo llevar a cabo, dado el  tamaño de las cámaras de entonces, ya que el divo tenía terminantemente prohibido la filmación de cualquiera de sus montajes.

Son famosos sus ballets basados en los cuentos tradicionales rusos. En ellos, y para sus decorados ya contaba con la pintora cubo-futurista Natalia Gonchalova. Títulos como El Gallo Rojo, Petroushka, o la de más repercusión mediática de la época, «El Pájaro de Fuego» causaban sensación en París, donde fascinó a público y crítica con su look aristocrático y la carga de la tradición rusa que le acompañaba en sus montajes. Los bailarines innovaban una y otra vez, y se movían en el escenario como  aves . Hasta The Times glosó su novedosa forma de moverse.

En  su gira europea le acompañaba todo el cuerpo de baile: Paulova, Nijinsky, que además era su amante, Fokine y Tchaikovsky. Esta troupe se enriquecía progresivamente gracias a la colaboración de Matisse, Miró, Debussy…

En 1911 se establece en Montecarlo, donde de forma imprevista su coreógrafo Fokine le abandona, dicen que en parte motivado por los celos y rivalidades surgidas con Nijinsky. En sus manos queda el trabajo de éste. Dicen que se iba transformando su personalidad a medida que le colocaban las sucesivas capas de maquillaje, mimetizándose con el personaje al que interpretaba en escena.

La Consagración de la Primavera, de Stravinsky y sus ritmos asimétricos fue toda una conmoción en el público que levantó no pocas ampollas. El día de estreno los espectadores acabaron a sillazo limpio entre ellos. El tema del sacrificio de jóvenes bailarinas, al hilo el argumento, y la ruptura radical con cualquier precepto romántico no fueron entendidos por el público. Pese a ello, tanto el cuerpo de baile como la orquesta tenían ordenes de Diaghilev de no parar la representación en ningún momento pasara lo que pasara; y así lo hicieron. Ya no había vuelta atrás.

A partir de la Primera Guerra Mundial su interés en las vanguardias se aviva. Produce tres de sus obras clave de aquella época: «El tren azul», para la que la mismísima Cocó Chanel diseña los trajes de baño utilizados por los bailarines. «Le Bal», cuyo vestuario diseñó el pintor Chirico, y Cocteau los carteles publicitarios;  y Parade, con uno de los vestuarios más costosos de toda su trayectoria, obra de Picasso, y música de Satie, intercalada con sonidos de máquinas y disparos, como homenaje al mundo moderno.

Recala en España, invitado por Alfonso XIII donde se siente muy arropado y fascinado por el baile español y flamenco, y donde realiza Las Meninas. Cuenta con pintores del noucentismo catalán como Sert, o músicos como Falla o Ravel  que le acompañaron en su andadura española. Sus ballets se hacían cada vez menos rusos.

La marcha de Nijinsky tras su matrimonio y locura, o el vuelo que emprendió Stravinsky marcaron su declive. Fallece en Venecia en 1929, siendo Cocó Chanel la que sufraga los gastos de su entierro.

Otra exposición de las muchas que este año nos han abierto los ojos a la realidad artística y cultural rusa, poniéndola al mismo nivel que la  francesa. ¿No os parece?

UN RETAZO DE EGIPTO EN MADRID. EL TEMPLO DE DEBOD

Hoy os quiero hablar de una de los lugares que desde niña me han parecido más fascinantes y mágicos de Madrid, y este es el Templo de Debod.

Monumento que encierra en sus piedras más de 2000 años de antigüedad, fue traído piedra a piedra desde Egipto, y reconstruido después cuidadosamente  en la ciudad. Ahora que Madrid se ha vuelto tan cosmopolita es un curioso contraste encontrar este monumento en el Parque del Cuartel de la Montaña.

 

 

 


Este parque se construyó en memoria a los hombres que murieron defendiéndolo en una de las batallas más sangrientas de la guerra civil. En recuerdo a ellos se erigió un monumento formado por una figura en bronce que asemeja el cuerpo mutilado de un soldado. Es obra de Joaquín Vaquero Turcios, y fue colocada en la entrada al parque, en un paredón construido en forma de sacos de tierra, al estilo de una trinchera. Se inauguró en 1972.

 

Por razones que se desconocen se decidió colocar en él el Templo de Debod. éste fue un obsequio a los españoles por su cooperación  en el salvamento del Templo de Abu Simbel, así como de varias edificaciones y monumentos de la Baja Nubia, en peligro por la construcción de la presa de Asuán, en 1960. Constituye uno de los pocos testimonios arquitectónicos egipcios que pueden contemplarse fuera de Egipto, y el único de nuestro país.

 

El templo de Debod estaba situado al sur de Egipto, en la Baja Nubia, muy cerca de la primera catarata y del gran centro religioso dedicado a la diosa Isis, en la isla de Filé.

La construcción del templo la inició, a comienzos del siglo II antes de Cristo,el rey de Meroe Adijalamani, quien levantó una capilla dedicada a los dioses Amón e Isis. La capilla, decorada con relieves, es uno de los pocos lugares donde se documenta a este monarca.

 

Posteriormente,distintos reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original hasta darle un aspecto cercano al actual. Luego de ser anexionado Egipto al Imperio Romano, fueron los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez Adriano, quienes culminaron la construcción y decoración del edificio. Con el cierre de los santuarios de Isis en Filé, en el siglo VI, el templo quedó abandonado.

 

Están en un fantástico estado de conservación los relieves de las paredes Norte y Sur de la Capilla de Adijalamani. Estos fueron estudiados por el egiptólogo más eminente de todos los tiempos, Jean Françoise Champollión, quien, entre otros descubrimientos , averiguó que Atarramón era el rey meroíta Adijalamani.

El sumo sacerdote penetraba en el Santuario y en el momento en el que
el sol se elevaba en el horizonte, abría los naos, en los cuales habían permanecido encerradas las estatuas de Amón e Isis desde el día anterior.
Daba inicio así un complejo ritual en el que las imágenes eran lavadas perfumadas, purificadas, vestidas y adornadas.
Las ofrendas de comida y bebida formaban parte importante del culto.
Pan, vino, cerveza, carnes y pescados eran puestos en pequeños altares ante las estatuas de los dioses. Con posterioridad eran retirados y distribuidos entre los sacerdotes y el personal del templo.


Finalmente, se ofrecía a Amón una estatuilla de Maat, hija de Ra, el dios solar; representaba el Orden y la Justicia y constituía el verdadero alimento de los dioses.

¿Verdad que parece mentira que todo esto lo tengamos tan cerquita nuestro? Os invito a hacer una visita. Al anochecer la imagen del Templo recortando su silueta sobre las rosadas, casi naranjas nubes es un espectáculo digno de mención.

 

 

 

No os quedéis sin verlo!


 

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DAMIEN HIRST EN LA TATE MODERN DE LONDRES

Damien Hisrt, el artista británico más polémico, provocador y controvertido es actualmente protagonista de una exposición que hace una «radiografía» a su trayectoria.

El hecho no deja de ser curioso, máxime cuando él mismo, en el año 2000 decía que los museos son para los artistas muertos. Por entonces era el artista vivo más cotizado de Inglaterra, por detrás de David Hockney( aunque luego le superaría).

También puede resultar incoherente que, 12 años después de decir:» ¿qué pinta alguien como yo en la puta TATE»? (palabras textuales), la exposición estrella de la Institución la presida un tiburón tigre en formol dentro de una gran vitrina.

¿Necedad? ¿Bipolaridad?, simplemente opino que se debe a su incontinencia verbal, o de un afán provocador premeditado, como cuando dijo también «los museos son aburridos, el peor sitio para ver arte».

En cualquier caso es mejor no quedarse en la superficie. La muestra propicia conocer qué pulsiones le movieron en sus principios, y después sacar cada uno nuestras conclusiones..

De su obra podemos decir que es un continuo baile con la muerte. Ya desde su adolescencia trabajó en una funeraria, y ya parecía insensible al contacto con cadáveres. En este sentido jugará con la dificultad del ser humano de aceptarla. ¿No nos envía la imagen de su tiburón en primer plano de la exposición una señal de seguir con vida, pese a todo?

Se muestran sus piezas icónicas, fruto de 25 años de trabajo, van desde sus animales muertos en vitrinas a sus delicados muestrarios de mariposas, catálogos de peces, armarios de medicinas…tambien son relevantes sus esculturas de ángeles diseccionados a la » maniera» de las consultas de los médicos…

En otro apartado colocaríamos sus «Spin» paintings( pinturas giratorias fruto del lanzamiento de pintura al azar por una máquina sobre lienzo) y sus «spot» paintings, de lunares perfectos y equidistantes entre sí sobre superficie siempre blanca.

De infancia sórdida, pronto pasó a formar los «Young British Artists» donde mostraría las vías por las que caminaría su obra, impregnada de un conceptualismo casi salvaje. Una de sus primeras creaciones fue la cabeza de una vaca en un charco de sangre,y, al lado un recipiente lleno de larvas que se transformaban en moscas para morir casi simultáneamente en un matamoscas eléctrico que había en el mismo. Brutal, ¿no?

En sus obras siempre emplea animales muertos que saca de mataderos con autorización, y, como curiosidad localizó en 1991 a un cazatiburones australiano al que compró el ejemplar de escualo por 6000 libras.

Ninguna obra representa mejor el binomio arte/capital como «Por amor de Dios», un cráneo recubierto por brillantes, analogía de la inutilidad de vestir la muerte de riqueza. Comprobamos además, dentro de su carácter provocador, que es la única pieza que se puede visitar gratis de la exposición.

Hasta Septiembre estará en el Museo Británico, dando que hablar, y generando la controversia que tanto le gusta a su autor. Animaos si podéis permitiros el lujo de viajar hasta Londres!!