Hoy haré una crónica sobre esta época de nuestro cine. Empecemos:
A lo largo de los años cincuenta se produjo una cierta modificación en el seno del cine español.
Cartel de :»¿Dónde vas Alfonso XII?». Luis César Amadori dirigió a Vicente Parra y Paquita Rico en este film, que recreaba la romántica (y trágica) relación entre aquel rey y su esposa, María de las Mercedes. Fué uno de los grandes éxitos de la década.
El nombramiento de José María Escudero en 1951 como director general de Cine y Teatro, aunque duró muy poco y sólo alcanzaría verdadera relevancia en una segunda oportunidad (1962) significó un mayor grado de apertura.
En Muerte de un ciclista, interpretada por Alberto Closas y Lucía Bosé, un atropello daba pie a Juan Antonio Bardem a plantear un problema de conciencia en un marco de crítica social.
Un examen de las películas de mayor éxito permite constatar la permanencia del cine histórico, vinculado a la temática musical: las tres películas de mayor permanencia en cartel fueron El último cuplé (1957), La violetera (1958) y ¿Dónde vas Alfonso XII? (1959), seguidas por el cine religioso: Marcelino pan y vino (1954), Molokai (1959), en los puestos cuarto y sexto respectivamente, y por la comedia Historias de la radio (1955), en el séptimo.
Cartel de El último cuplé. Este exitoso y melodramático musical de Juan de Orduña catapultó al estrellato a una sensual y exhuberante Sara Montiel.
Marcelino pan y vino, dirigida por Ladislao Vajda, debió su éxito a la espontaneidad de su protagonista infantil, Pablito Calvo, y a un buen guión , una gran dirección y un lacrimoso desenlace
Sólo en decimocuarto lugar aparece Bienvenido Mister Marshall (1952) de Luis García Berlanga.
En general el cine de disidencia se caracterizó por una mezcla entre la comedia y los tintes amargos, apreciable en Esa pareja feliz, de García Berlanga y Bardem. Berlanga siguió con su trayectoria crítica en Los jueves milagro (1957) y Plácido (1961).
Calle Mayor, donde Bardem narró la mezquina broma de que es objeto una solterona de provincias a la que se le declaran en matrimonio, se convirtió en el fresco de la miseria moral de la época.
Bardem, en cambio, derivó hacia el drama de costumbres en Muerte de un ciclista (1955) y Calle Mayor (1956)
Una época algo olvidada que merece la pena recordar.
¡Confío en que os haya resultado interesante!