Una de las muchas sorpresas que esconde Madrid es el criadero de peces de la Escuela de Ingenieros de Montes, único en su género, situado en un entorno urbano.
Llegar hasta la piscifactoría supone un agradable paseo, rodeado de un poblado arboreto en el que los estudiantes realizan sus prácticas entre 400 especies de plantas.
Entrada a la piscifactoría
El recinto destinado a la cría de peces en cautividad se puede recorrer libremente, y ademas de poder observar e interesarse por esta actividad, el visitante también podrá deambular por un entorno apacible en plena ciudad.
También es posible contar con las explicaciones de los investigadores, pero para ello hace falta llamar y pedir cita, preferiblemente para más de una persona.
La piscifactoría está organizada en terrazas que permiten un flujo descendente del agua, que se distribuye entre los diversos estanques mediante acequias.
Otras vistas exteriores
Cada uno de los estanques ofrece información sobre las especies que allí crecen. Así sabremos que la estrella del lugar es la trucha autóctona, una especie originaria de los ríos madrileños, que está amenazada.
El proceso consiste en traer ejemplares salvajes, que una vez desovados son devueltos a sus ríos de origen. Las truchas autóctonas con manchas rojas y negras son muy delicadas y presentan algunas dificultades para la cría en cautividad.
El recinto por dentro
Los investigadores que aquí trabajan utilizan agua rica en oxígeno y a baja temperatura del acuífero de Madrid, un pozo de 200 metros, para reproducir su hábitat natural. Como provienen de ríos de montaña necesitan agua de calidad para sobrevivir.
Además del conjunto de albercas, también se puede visitar el edificio, que tiene una sala de acuario de exhibición en su planta baja. En este espacio se muestran especies de interés piscícola, con información sobre las características, el hábitat y las condiciones de vida de cada una.
Trucha arco iris
Las instalaciones están diseñadas para la exhibición y el estudio, no se trata de un establecimiento de producción industrial. Sin embargo se aclara que algunos de los ejemplares criados en la piscifactoría pueden ser utilizados con fines conservacionistas.
Alberca en el exterior
En cuanto a las truchas, algunas se reservan para la reproducción, y otras se envían a cotos de pesca sin muerte de la Comunidad de Madrid.
Fauna y paz en un sólo concepto
Merece la pena dejarse caer por allí