Los continuos hallazgos de restos humanos y materiales pueden alterar súbitamente cronologías aceptadas durante largo tiempo.
En 1887, Pere Alsius, farmacéutico de Bañolas, descubrió una cantera cercana a aquella localidad una mandíbula humana que, durante largo tiempo se ha considerado característica del hombre de Neandertal.
A partir de este descubrimiento, la región noroccidental de la Península Ibérica pasó a formar parte del área europea de expansión de este tipo humano.
Casi 100 años más tarde, un hallazgo realizado en un lugar muy distante del anterior cuestionó esta opinión.
En la cueva de Aragó (Perpiñán), durante las excavaciones realizadas entre 1969 y 1971, se hallaron dos mandíbulas y parte del cráneo de un adulto.
Estos restos, con una antigüedad de 300000 a 120000 años (interglaciar Mindel-Riss o glaciación Riss), pertenecían a individuos preneandertales, y su comparación con la mandíbula de Bañolas ha hecho que se discuta la pertenencia de esta al mismo grupo.
¡Confío en que os haya resultado interesante!

En la imagen la mandíbula de Bañolas