AELITA ANDRÉ, UNA JOVENCÍSIMA PROMESA

Es curioso, pero hasta la fecha de hoy no conocía la existencia de esta jovencísima niña prodigio, que demuestra que el ser humano tiene la cualidad innata de crear, de expresar sus alegrías y pasiones a través del lienzo, el óleo y el color.

En el caso de esta niña parece haber sido tocada por una varita mágica. Su don es inherente a ella, que ha crecido estos cortos cinco años de vida con pinceles en las manos. Y lo ha hecho de un modo absolutamente natural. Para ello ha aprovechado sus instintos guía, más activos en el ser humano los primeros años de vida, y ha ido avanzando por los períodos sensitivos con pasos de gigante.

Muchos artistas de reconocido prestigio han glosado las cualidades de la niña, que hubiera hecho a buen seguro las delicias de Miró cuando experimentaba en la mentalidad pre-lógica de los niños para crear sus obras de arte.

Nacida en Enero de 2007 en Australia, de padre australiano y madre rusa, dicen que comenzó a manejar los pinceles a los nueve meses. No resulta extraño, dado que sus progenitores son artistas, y que desde su más tierna infancia los veía tirando lienzos al suelo para realizar composiciones.

Dicen sus padres que aprendió a pintar antes que a andar. Su madre siempre ha creído que era una niña prodigio, así que, cuando contaba solamente 22 meses de edad le enseñó sus obras a un experto, que quedó hondamente impresionado; así que decidió incluir su obra en una serie de exposiciones, en las que exponía también fotografías de su madre.

El resultado fué impactante, pese a la renuencia inicial. Todo el mundo quedaba sorprendido por una obra creada a golpe de impulso, sin prejuicio alguno, y dotada de la frescura e inocencia propia de los niños.

Yo diría simplemente que disfruta del hecho de crear, sin esos condicionantes que hacen del pintor adulto alguien sometido siempre inconscientemente a las reglas.  Ella sin embargo logra la abstracción ante el lienzo en blanco, y una sorprendente interacción con los colores.

En su primer viaje a Hong Kong vendió una obra por 24.000 libras. El pasado año, en su primera exhibición en solitario vendió la totalidad de lo expuesto en siete días.

La nueva Pollock en acción.

En esta, y pese a la crisis confían repetir suerte. Yo lo único que deseo es que la niña no se pierda la infancia. En otro orden de cosas me parece sencillamente genial. ¡ Enhorabuena Aelita!