Repasando las noticias culturales, esta mañana tenía ganas de una de esas típicas historias fuera de lo común, de esas que ponen en funcionamiento las neuronas, convirtiéndote en investigadora.
De pronto ha aparecido ante mis ojos, ni más ni menos que lo que estaba buscando: Sothebys ha realizado hace escasos días una subasta de la colección de una mujer: Brooke Astor, de la cual no conocía más que el apellido, que vinculaba al mundo de la cosmética. Ávida de conocer más me he lanzado a la tarea, que trataré de compartir con vosotros.
Brooke Astor (30 de marzo de 1902- 13 de agosto de 2007) fue una filántropa estadounidense perteneciente a la alta sociedad, quien fue la presidenta de la Fundación Astor, que había sido creada por su tercer marido, Vincent Astor, hijo de John Jacob Astor IV y bisnieto del primer multi-millonario de los Estados Unidos, John Jacob Astor. Parece que toda esta rimbombante presentación le va que ni pintada a nuestra protagonista de hoy.

También fue una novelista y escribió dos volúmenes de memorias.
Roberta Brooke Russell nació en Portsmourh, New Hampshire, la única hija de John Henry Russell Jr, quien fue comandante de la Infantería de Marina y su esposa, Cecilia Mabel Howard . Su abuelo paterno fue John Henry Russell, un almirante de la Marina de los EE.UU. Ella fue nombrada por su abuela materna, Roberta Traill Brooke MacGill Howard y fue conocida como Bobby por sus amigos cercanos y familiares.
Debido a la carrera de su padre, pasó gran parte de su niñez viviendo en China y la República Dominicana, así como en otros lugares.
Se casó con su primer marido, John Dryden Kuser , poco después de su decimoséptimo cumpleaños, el 26 de abril de 1919, en Washington, DC.
«No recomendaría a los jóvenes ,casarse», dijo más tarde. «A la edad de dieciséis años, las personas no están cuajadas todavía. La primera persona que miras, te enamoras y te casas.»
Su marido, fue hijo del financista y conservacionista coronel Anthony Rudolph Kuser, ynieto de el Senador john F. Dryden.
«Los peores años de mi vida», fue como Brooke describió su primer matrimonio tumultuoso, que termino en divorcio por el abuso físico de su marido, presuntamente debido al alcoholismo y el adulterio.
Según Frances Kiernan,escritor de la biografía de Brooke, cuando Brooke tenía seis meses de embarazo del único hijo de la pareja, su marido se rompió la mandíbula durante una pelea conyugal. «Aprendí sobre costumbres terribles de la familia de mi primer marido» le dijo a The New York Times. «Ellos no saben cómo tratar a la gente.”. Al año de matrimonio, según un informe publicado durante el procedimiento de divorcio, Dryden Kuser comenzó a avergonzarla en las reuniones sociales,… le dijo que ya no la amaba y que su matrimonio fue un fracaso.
Con su primer marido. Tenían un mono.
Astor tuvo un niño con Dryden Kuser, Anthony Kuser Dryden nacido en 1924
En junio de 1929, Kuser acuso a su esposa de abandono matrimonial.
Después de esperar la culminación con éxito de su campaña senatorial de Nueva Jersey, ella solicitó el divorcio el 15 de febrero de 1930 en Reno, Nevada, el cual fue sentenciado ese mismo año.
Su segundo marido, con quien se casó en 1932, fue Charles Henry «Buddy» Marshall. Era el socio principal de la empresa de inversión Butler, Herrick& Marshall.
Brooke escribió más tarde que el matrimonio era «un partido de gran amor.»
Ella tenía dos hijastros por el matrimonio, Peter Marshall y Helen Marshall de Huntington.
En 1942 Anthony Dryden Kuser, entonces de 18 años, cambió su nombre a Anthony Marshall Dryden. No está claro si fue o no adoptado formalmente por su padrastro.
En 1953, once meses después de la muerte de Charles Henry Marshall, se casó con su tercer y último marido, Vincent Astor, quien fue presidente de la junta directiva de la revista Newsweek y el último miembro de de la familia Astor.

Fue el hijo mayor de John Jacob Astor IV víctima del Titanic y su primera esposa, se había casado y divorciado dos veces antes y era conocido por tener una personalidad difícil.
“Vincent Tuvo una infancia terrible, y como resultado, tuvo momentos de profunda melancolía,» Brooke recordó. «Pero creo que me hacía feliz. Por eso me propuse hacerle reír, algo que nadie había hecho antes.
«Debido a su fortuna, Vincent sospechaba de todas las personas, ese mal traté de curarselo”.
De acuerdo con una historia en los círculos de la sociedad, Astor acordó divorciarse de su segunda esposa, Minnie, sólo después de que había encontrado a una cónyuge de reemplazo.
Durante su breve matrimonio con Astor, a quien llamó «el capitán», Brooke participó en su inmobiliaria el negocio hotelero y sus acciones filantrópicas.
Entre 1954 y 1958, redecoro una de sus propiedades, el Hotel ST Regis, que había sido construido por su suegro.
El St. Regis.
A pesar de que recibió varias propuestas de matrimonio después de la muerte de Vincent, decidió no volver a casarse. Ella comento «Yo tendría que casarme con un hombre de una edad adecuada y no es fácil. Francamente, creo que soy incasable ahora», ella dijo en una entrevista en 1980, cuando tenía 78. «Estoy demasiada acostumbrada a tener las cosas a mi manera. Pero todavía puedo disfrutar de una coquetería de vez en cuando».
En sus labores filantrópicas.
A pesar de que fue nombrada miembro de la junta directiva de la Fundación Astor poco después de su matrimonio, tras la muerte de Vincent en 1959, se hizo cargo de todas las instituciones filantrópicas que dejó su difunto esposo. A pesar de la liquidación de la Fundación Astor en 1997, continuó participando activamente en organizaciones de caridad y en la vida social de Nueva York. La Biblioteca Pública de Nueva York fue siempre una obra de caridad favorita.
Como resultado de su trabajo de caridad, Astor fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Libertad en 1998.
El lema de su vida esta resumida en las siguientes palabras: «El dinero es como el estiércol, no vale la pena a menos que se reparta.»
Su residencia en Westchester.
Entre muchas otras organizaciones, participó en “ Lighthouse for the Blind”, la Asociación Central de Maternidad, la Casa Astor para los niños con trastornos emocionales, el Comité Internacional de Rescate, el Fondo de aire fresco, y Mujeres auxiliares de la Sociedad del Hospital de Nueva York.
Apartamento de Park Avenue.
La sofisticación que impregnó la vida personal de la millonaria y filántropa neoyorquina Brooke Astor se ofreció al público a través de los cuadros, las figuras de porcelana o las esculturas de bronce con las que decoró sus residencias y que se subastaron ayer en la Gran Manzana.

Hasta 1.500 obras de arte, muebles o joyas de la acaudalada neoyorquina (1902-2007) fueron puestas a la venta por la casa de subastas Sotheby’s, que acercó de este modo el estilo y la belleza que rodeó a Brooke Astor, presentes, por ejemplo, en un óleo del pintor orientalista John Frederick Lewis (1804-1876), que se vendió por 1,594 millones de dólares (1,23 millones de euros).

Ésta fue la pieza que alcanzó un precio más elevado de todas las que se ofrecieron y que sumaron una recaudación de 8,7 millones de dólares (6,7 millones de euros)
Uno de los artículos más cotizados fue otra obra de arte, en este caso un dibujo del paisajista veneciano Canaletto (1697-1768), que se vendió por 1,2 millones de dólares (927.240 euros), el doble del precio en el que estaba valorado.

La afición de Astor por el arte la hizo atesorar a lo largo de su vida, tanto en su lujoso apartamento de Park Avenue como en su finca del condado de Westchester (Nueva York), decenas de pinturas, entre las que figuraban varias de Tiepolo, una de las cuales se vendió por 722.500 dólares (558.275 euros).
Uno de los Tiépolos.
Esta pasión por las artes decorativas se encarnó también en piezas de porcelana y de laca orientales, algunas de la dinastía Qing, que alcanzaron un precio de 200.500 dólares (154.926 euros), así como espejos pintados, por los que se pagaron hasta 194.500 dólares (150.290 euros), o jarrones japoneses del siglo XVII, que no se quedaron atrás, con un valor de 170.500 dólares (131.728 euros)


Ese mismo precio alcanzó una figurita de bronce tibetana, fechada entre los siglos XIV y XV, que superó así con creces todas las expectativas, ya que estaba tasada únicamente en 12.000 dólares.

Gran parte de esta colección de arte oriental fue adquirida durante los años en los que Astor vivió en Pekín junto a su padre, el general John Russell.
Otra de las grandes motivaciones de la multimillonaria,fueron los animales, lo que se plasmó en sus cuadros, en los que los perros se convirtieron en una temática recurrente, o en esculturas y figuritas.

Un exponente de esto es una pequeña pieza de bronce y mármol, obra de Herbert Haseltine, que representa a un cerdo y cuyo precio ascendió a 50.000 dólares.

Tampoco faltaron en la subasta artículos de diversos juegos de vajilla y cubertería de plata, así como abundantes piezas de mobiliario entre los que figuraban mesas y butacas estilo Luis XVI, múltiples relojes, candelabros o un retrato de la propia Astor, que se vendió por 22.500 dólares.

Una parte importante de la venta la engrosan las piezas de joyería que tan características fueron a la filántropa, célebre por sus generosas obras de caridad y su compromiso con causas benéficas, por ejemplo, un collar de esmeraldas y diamantes o un anillo engastado con las mismas piedras preciosas.

Otra de las alhajas más sobresalientes es un broche de diamante, coral y rubí con forma de león inspirado en las esculturas que flanquean la Biblioteca Pública de Nueva York, una de las instituciones que se beneficiarán de lo recaudado en la subasta, junto al Museo de Arte Metropolitano, las escuelas de Nueva York o el Animal Medical Center.

Después de su fallecimiento, la herencia de Astor fue causa de gran controversia, hasta el punto de que su único hijo, Anthony Marshall, fue condenado en 2009 a tres años de cárcel por haber estafado a su madre en sus últimos años de vida, aprovechando que padecía mal de Alzheimer.
Gran mujer, y curiosa historia sobre la que bien podrá hacerse una serie de televisión del estilo de Downton Abbey, ¿No os parece? ¡Espero que os haya gustado!