LA ERA VICTORIANA

Desde que devoraba los libros, entre otras, de Jane Austen, o de Sir Arthur Conan Doyle, me he sentido enormemente atraída por la era victoriana, por la historia y entresijos de toda la historia de Gran Bretaña. Hoy es el aniversario del nacimiento de la reina Victoria de Inglaterra. que también fuera emperatriz de la India, siendo la primera mujer que ostento este doble título. Y pienso que es un buen momento para intentar hacer una breve semblanza de aquella época.

 

La reina Victoria, gracias a su energía, inusual para una mujer de su época, parecía encarnar una era de poder y prosperidad en Gran Bretaña. Pero una serie de auspicios nefastos presagiaban que la supremacía británica tenía un límite, como veremos. Hagamos un poco de historia, para adentrarnos en esta época de esplendor y terror, en la que personajes de la talla de Florence Nithingale, o Jack el destripador, poblaban las páginas de todos los diarios.

 

En 1837, a los 18 años, Victoria subió al trono, tras la muerte de su tío Guillermo IV. Su reinado iba a ser el más largo de toda la historia de Gran Bretaña. En 1840 se casó con el príncipe Alberto de Sajonia_ Coburgo- Gotha. Era Alberto un austero personaje, que detestaba todo lo mundanal, y que se sentía mucho más cómodo entre sabios e ingenieros que entre aristócratas. Así pues, en la corte, la cultura y la ciencia sustituyeron a la sangre azul y a la alta alcurnia.

El matrimonio, que se profesó un amor y una pasión inusuales en la historia de la monarquía en aquél flemático país, tuvo 9 hijos. La desgracia quiso que Alberto muriera prematuramente de fiebres tifoideas, cuando acababa de ser abuelo del káiser Guillermo II.

Una vez viuda, escribió la reina :» no hallo ninguna compensación en la compañía de mis hijos. Es más, pocas veces me encuentro a gusto con ellos. Me pregunto porque ha tenido que dejarme Alberto y ellos siguen a mi lado…» Se ve que no era precisamente una madre amorosa…

En aquel histórico momento Londres era la mayor metrópoli del mundo, con 2 millones e habitantes. Su industria era próspera en carbón y hierro. Los tejidos de algodón británicos inundaban el mercado. Su red ferroviaria era de ocho mil kms, e iban a la cabeza de la mecanización. Inventaron el primer neumático con válvula,por obra y gracia de Dunlop, y sus astilleros eran valor en alza. Todo ello sin abandonar la agricultura, primer sector del país.

Una época en que Charles Darwin, recién llegado de un largo viaje alrededor del mundo enunció su teoría de la evolución de las especies, en la que Florence Nithingale sirvió en la guerra de Crimea, enfrentada a condiciones sanitarias espantosas y a la hostilidad de los médicos, a los que se «merendó» con su enorme eficacia, y en la que Jack el destripador se apoderó de Londres con las espantosas mutilaciones a las que sometió a sus cadáveres, enviando estos fragmentos a Scotland Yard, y en la que Lewis Carroll publicó Alicia en el país de las maravillas, en que mezclaba su fascinación por lo infantil, y su pasión por la lógica.

Se divide la época victoriana en tres etapas:

  • Victorianismo temprano (1837-1851). El ascenso al trono de la reina Victoria contempla la fase de asentamiento de la sociedad nacida tras la revolución industrial
  • Victorianismo medio (1851-1873). La Gran Exposición celebrada en el Crystal palace de Londres  se considera el inicio de un largo periodo de estabilidad interna propiciado por la hegemonía que obtuvo el Reino Unido al ser el primer estado que culminó con éxito el proceso industrializador característico de este siglo en Occidente.
  • Victorianismo tardío (1873-1901). Se agudizan los problemas con Irlanda  y las colonias al mismo tiempo que se radicaliza el movimiento obrero y sindical.

Crystal Palace Londres

El periodo medio victoriano también fue testigo de significativos cambios sociales, como el renacimiento de la doctrina evangélica, al mismo tiempo que una serie de cambios legales en los derechos de la mujer. Aunque carecían del derecho al sufragio durante la Época Victoriana, ganaron el derecho a la propiedad después del matrimonio a través del Acta de propiedad de las mujeres casadas, el derecho a divorciarse y el derecho a pelear por la custodia de sus hijos tras separarse de sus marido.

La doble moral sexual es propia de la era victoriana. La reina mandó alargar los manteles de palacio para que cubrieran las patas de la mesa en su totalidad ya que, decía, podían incitar a los hombres al recordar las piernas de una mujer. Sin embargo, paralelamente a las estrictas costumbres de la época se desarrollaba un mundo sexual subterráneo donde proliferaban el adulterio  y la prostitución. También existían las «cortesanas» » que eran personas que, en el principio, asistían a los monarcas.

 

¡Cuántas contradicciones!. ¡Cuanta doble moral, amparada en unas leyes que estaban ahí, peor nadie parecía cumplir!

 El opio era libremente consumido como «droga social», aunque con el tiempo adquirió mala fama debido a que, en los antros donde se consumía, se hallaba también presente la prostitución. Autores como Dickens, o Conan Doyle, intentaron profundizar en los efectos de estas drogas en sus obras.

Entre los ideales literarios época, quizás el más perceptible, es el ideal de progreso.

La segunda característica que se advierte en la literatura de la época victoriana es un cierto espíritu didáctico y moralista  Hay tener en cuenta que, junto a la revolución industrial, se está produciendo en Inglaterra una revolución social que hacía que millares de personas, hasta entonces analfabetas, accedieran a la cultura de la letra impresa. El escritor se sentía “educador” de estas masas proletarias y de clase media. Se explica así el auge del melodrama y las novelas por entregas para satisfacer exiguas necesidades culturales de estas clases sociales.

   Oscar Wilde

   En estos mares procelosos navegaban figuras tan variopintas como Oscar Wilde, las hermanas Brönte, Conan Doyle, o Bram Stocker.

 Victoria escribió una media de 2500 palabras al día durante su vida adulta.  Desde julio de 1832 hasta poco antes de su muerte escribió diarios con frecuencia y llegó a tener 122 volúmenes. Tras la muerte de Victoria, su hija Beatriz fue nombrada su ejecutora literaria.

Los lazos que Victoria tenía con las familias reales europeas le valieron el apodo de «la abuela de Europa». Victoria y Alberto tuvieron 42 nietos. Están emparentados con las casas reales de Suecia, Noruega, España…

El proceso político se vio afectado en Gran Bretaña por la división y el consiguiente debilitamiento del partido liberal. Ahí comenzó su espiral de decadencia.

   Seguiremos profundizando en esta apasionante época. Espero que os haya gustado.