CUANDO LA JOYERÍA ES UN ARTE HABLAMOS DE CARTIER

Hoy quiero compartir con todos vosotros las sensaciones despertadas durante mis dos visitas a la impactante exposición que ha montado el Museo Thyssen sobre el Arte, con mayúsculas de Cartier, y el cambio de estilo que estas pequeñas obras de arte experimentaron en manos de esta saga familiar de maestros en pedrería.

La muestra es resultado del esfuerzo que han realizado los Cartier, recomprando algunas de sus obras maestras, bien a particulares o en subastas, para elaborar esa colección histórica que pasará a la posteridad para el disfrute de las venideras generaciones. Ha sido expuesta ya en los museos más prestigiosos del mundo, y seguirá en este recorrido itinerante por el ancho mundo para ser «degustada» como merece.

Cartier «nació» al mundo creativo de la alta joyería mientras trabajaba para otro joyero, Adolphe Picard.  De ahí se traslada al Boulevard dels Italiens, ya con su hijo Alfred, y al 13 Rue de la Paix, donde está la Casa Madre de la compañía, ya con los hijos de Alfred, Louis, incorporado a la Casa en 1910, y Pierre y Jacques, que lo hicieron un año más tarde.

Retrato de Alfred Cartier y sus hijos La familia al completo: Alfred y sus tres hijos: Louis, Pierre y Jacques.

Eran otros tiempos, a mediados del siglo XIX, cuando los trabajos en joyería se realizaban en guarnición de plata y oro, y se seguía el estilo de la época de Luis XV. Los motivos decorativos eran los clásicos del «estilo guirnalda»; y eran contemplados, fundamentalmente en las tiaras, esas insignias del poder real, pieza que todas querían poseer.

 13 Rue de la Paix.

Dichas tiaras pertenecían a tres estilos: el tradicional, de motivo guirnalda, que se sujetaba mediante el moño alto que las mujeres llevaban en aquel momento. Este tipo de tiara se solía llevar acompañada de los «devant de corsage», broches que se sostenían en el corsé externo por medio de alfileres.

 

Devant de corsage estilo guirnalda.

El estilo kokoshnik, que en ruso significa «cresta de gallo»,que recibió en su factura la influencia rusa, y la llamada «bandeau», más moderna, cuando las mujeres llevaban ya el cabello suelto y que se colocaban como las diademas , más sobre la frente.

Tiara Rinceaux Tiara estilo guirnalda, ideal en la Belle Epoque.

 Tiara kokoshnik en acero negro bruñido, una de las más curiosas e innovadoras de la muestra.

Las últimas ya mostraron la innovación de Cartier de ir montadas sobre platino. La guarnición se oxidaba, y se ponía fea de aspecto, así pues se empezó a utilizar el platino, más airoso, maleable y fácil de mantener. En ese momento ya se había realizado el hallazgo de los diamantes en Sudáfrica  eran abundantes y asequibles de conseguir en aquel momento, así pues las tiaras los contienen abundantemente.

Bandeau

Tiara bandeau, cerrada por detrás, típica de los años 30, con la liberación de la mujer.

Sobre platino también irán montadas las joyas en las que empieza a utilizar los motivos «Deco» descubiertos en la Exposición Universal de motivos decorativos e industriales que se celebró en París en 1925. Se deshecha el estilo guirnalda, y se empiezan a usar las piedras baguette, de forma estilizada y alargada, ideales para las piezas que Cartier comenzó a idear, tanto en pitilleras como en las «vanity cases» diseñadas para contener el maquillaje femenino.

Reloj broche Reloj-broche de «motivo pantera» con ónix.

Pitillera Pitillera Decó con lapislázuli y turquesas.

Se produce el acontecimiento decisivo para Cartier de esa época:  el descubrimiento en 1905 de los Ballets rusos de Diaghilev, con el vestuario lleno de yuxtaposiciones de piedras azules y verdes, que él aprovechó para idear en sus montajes de turquesas y aguamarinas con jade, (en momentos de carestía de piedras preciosas se utilizaban las denominadas «piedras lindas», como estas); sustituidas cuando la ocasión era propicia por zafiros y esmeraldas.

 Vanity case con motivo pantera.

También de ese período es el hallazgo del ónix, con el que realiza uno de sus motivos decorativos más característicos e inconfundibles: la «piel de pantera»

En cuanto a sus influencias orientales  comprobamos la enorme fascinación que le producen estas culturas: la egipcia, que cobra especial relevancia con el descubrimiento por Howard Carter en 1922 de la tumba de Tutankamon. El hecho hizo que recopilase libros de artes suntuarias del lugar( atesoró toda una Biblioteca)y que comprase compulsivamente material arqueológico. Hallamos pues tanto piezas inspiradas en el estudio de estos libros, o las más exclusivas joyas realizadas con material originario de allí.

Broche escarabajo Broche escarabajo.

Jacques viajó a india, donde fué testigo del respeto de los marajás hacia todo lo que tuviese que ver con la joyería Cartier. Comenzaron a proporcionarle todo tipo de piedras preciosas, para que les hiciera a medida montajes en platino con las mismas. La riqueza cromática de estas, y el trabajo con las técnicas lapidarias del lugar dio paso a las joyas «tutti frutti» , de una belleza sublime. Sientes ganas de quedarte pegada a la vitrina donde se hallan expuestas.

Collar tutti frutti encargado por Daisy Fellowes, miembro activo de la Coffe Society, creadora de «Harpers Bazaar»

En cuanto a la influencia china también es patente en varias piezas donde se utilizó el jade, piedra muy extendida allí. Hay gran número de piezas de esa influencia en la muestra, que pertenecieron a Bárbara Hutton, esposa de Cary Grant.

Vanity Case China.

Surge con fuerza la Coffe society, es decir, maridajes entre miembros arruinados de la aristocracia europea y millonarios americanos,; de esa unión surge una nueva clase culta, de sensibilidad estética y con olfato para los negocios. Miembros relevantes la duquesa de Kent, que participa en el diseño de varias joyas que encargó, Daisy Fellowes, futura creadora de la revista Harpers Bazaar o Mona Von Bismark entre ellas.

Broche Flamenco Flamenco de la duquesa de Kent

Pantera sobre zafiro de Cachemira de 153 quilates.

Alfonso XIII fué cliente de Cartier. Rey europeísta de talante abierto encargó una tiara para Victoria Eugenia que se halla expuesta en la muestra, donada para la ocasión por la Reina Doña Sofía.

Tiara de Victoria Eugenia. Es de estilo guirnalda.

También Rainiero de Mónaco encargó el ajuar a Cartier: consistió en el anillo de compromiso( pocas veces he visto algo igual), un brazalete de platino y brillantes con un collar, tres broches de rubíes y diamantes.

 Hoy conmemoramos el nacimiento de Grace Kelly.¡ Mirad qué maravilla!

Otra celebrity que no fué inmune fué Liz Taylor. Tuvo la suerte de que le regalaran este maravilloso collar de rubíes y diamantes.

Liz Taylor luciendo el collar.

La menos discreta María Félix aunó su pasión por las joyas y los reptiles en varios encargos que hizo a Cartier. De entre ellos podemos ver un collar y unos pendientes de clip de serpiente, y otros pendientes con pulsera de cocodrilo. Más espectacular que ponible, en mi opinión.

Imagen superior: collar de serpiente, imagen inferior collar de cocodrilo.

Otras mujeres como Cocó Chanel, o Elsa Schiapparelli no fueron indiferentes tampoco.

Como relojero también se contempla una bella y cuidada selección de relojes, incluido el Santos, diseñado por Louis para su amigo brasileño, el piloto Santos Dumond. Al ser piloto le era incómodo un reloj de bolsillo; así pues Cartier le diseña el primer reloj de pulsera masculino( el primero femenino lo diseñó Pattek Philippe)

Reloj de pulsera Santos Reloj de pulsera Santos

Junto a él vemos los relojes misteriosos, cuyo orígen se halla en el ilusionista Houdin. El secreto es que la aguja parece flotar misteriosamente en la esfera, que se ve transparente, sin verse ni de cerca las conexiones con mecanismo alguno. Son maravillosos.

Reloj misterioso estilo pórtico. Las agujas parecen levitar.

Jean Toussaint, diseñadora de la firma, fué nombrada directora. Reintroduce elementos de la flora y fauna, el oro amarillo, y el efecto tridimensional en la joya. Mujer con gran estilo estético, y observadora tenaz, creó diseños exclusivos bellísimos. Veamos alguna muestra.

Collar de fronda de amatistas y oro amarillo.

 Curiosa mezcla entre oro y espacio.¿ Podrá caminar este artilugio espacial?

Un sobresaliente en una muestra a la que no falta detalle. Todo montado sobre negro, el color del lujo y de lo exclusivo, y una ocasión única para sentirse rey o reina por un día…rodeados por joyas. Os recomiendo visitarla. ¡¡Yo cada vez que voy me quedo sin palabras!!