Durante los últimos meses una de las ocupaciones en que he tenido entretenidas a mis neuronas, artísticamente hablando, ha sido en la realización de un estudio de la arquitectura y su devenir desde los albores de la humanidad.
El origen del arte de la arquitectura se fundamenta en el afán del hombre por construir la casa de los dioses, diferente, mayor, técnicamente más compleja constructivamente más sólida e imperecedera que la suya propia.
Esa casa fue, durante la mayor parte de la historia, el templo, pero con el paso de los años fue siendo desplazado por el palacio, por la arquitectura industrial y, en la actualidad, por el rascacielos.
No podemos obviar, pues, si queremos considerarnos doctos en el conocimiento del arte, el conocimiento de la arquitectura. Como estoy preparando mi próxima visita guiada al universo de William Blake, exposición ubicada en CaixaFórum Madrid, me ha parecido interesante haceros llegar una breve historia de los arquitectos que han hecho posible el espacio que alberga esta inquietante y fascinante muestra.
Herzog & de Meuron es hoy una firma sólida dedicada a la producción de edificios, con 340 empleados de 38 nacionalidades repartidos por todo el planeta. Con sede en la ciudad suiza de Basilea, cuenta con oficinas abiertas en Hamburgo, Londres, Madrid y Nueva York. Pero no siempre fue así. Su origen se encuentra en la colaboración de Jacques Herzog y y Pierre de Meuron, dos jóvenes arquitectos que se unieron en 1978 para iniciar su labor profesional.
Una imagen de este tándem perfecto.
¿Curiosidad? Ambos nacieron en Basilea el mismo año, 1950, y coincidieron en el mismo colegio desde 1957, vuelven a coincidir en la Politécnica de Zurich;desde entonces sus caminos han marchado de un modo paralelo.
¿Les vendrá de ahí la firmeza de colaboración, tan infrecuente, máxime en los tiempos que corren? Ellos mantienen que es así porque se profesan un mutuo respeto y admiración; y análogos intereses por el arte y los fenómenos urbanos, por la indagación y por la profunda búsqueda del hecho arquitectónico y su apertura a campos adyacentes, como la moda y el arte.
Estudio de los arquitectos en Basilea.
Una de sus primeras certezas fué el rechazo de ideas dominantes en el panorama internacional cuando iniciaron su práctica profesional.
Pronto comienzan a crear edificios de poderosa personalidad, claramente marcados por decisiones de proyecto radicales, de fuerte caracter matérico y extraordinaria autonomía, tan rotundos como ajenos a la moda.
Sus primeros trabajos los encontramos básicamente en Suiza e Italia: La Casa Azul, que remodelaron en un par de ocasiones y la Casa de Piedra pertenecen a esta época, hasta que comienzan a llegar a su estudio trabajos de mayor envergadura.
La casa azul en sus diferentes fases.
La casa de piedra.
En los años siguientes realizan alguna de sus obras más conocidas por sus singulares revestimientos singulares: la Nave para Ricola, en Francia, en cuya fachada se reproduce un elemento vegetal( fusionan arquitectura/ arte/ naturaleza), y la Biblioteca universitaria de Alemania con las imágenes serigrafiadas del fotógrafo Thomas Ruff.
Arriba: Nave para Ricola, debajo Biblioteca Universitaria.
Su carrera recibe un impulso cuando ganan el concurso para la conversión de la vieja central eléctrica del Bankside londinense de la Tate Modern. Mientras avanzan las obras de este «gigante» comparte su atención la depuración de la casa en Leymen, Francia, en la que investigan la pluralidad en revestimientos. También estarán presentes en el Estudio de Rémy Zaugg en Mulhouse, Francia, y en las Bodegas Dóminus, en California. Esta original construcción con piel de gaviones les abre las puertas en Estados Unidos.
Estudio de Rémy Zaugg, en Francia y Bodegas Dominus, en California
En todas sus obras, tal y como nos están mostrando estas imágenes, el punto «en común» es la diversidad, paradójicamente. Sus edificios alcanzan todo tipo de tamaños y programas.; diseñan escenarios de teatro y desarrollan sus propias exposiciones.
El estudio se convierte en 1997 en la firma Herzog & de Meuron Architekten AG ,CO. El más representativo de sus edificios de esta época es la Galería Comercial Fünf Höfe, en Munich, con patios personalizados, y sus camaleónicas fachadas definidas con paneles plegables.
Vista aerea de la Galería. Impresiona, ¿Verdad?
El Museo KÜppersmülhe de Duisburg se inaugura en 1999, primero de los que hacen sobre edificios preexistentes. Al año siguiente abre la Tate Modern de Londres, cuyo reconocimiento es universal. Ello les valió la obtención del Premio Pritzker en 2001 ( dicho galardón les pilla trabajando en San Francisco)
La Tate Modern. Sobran las palabras!
Y de sus últimos tiempos para mí tres obras destacables por la impresión que causan en mí: El Estadio Nacional para los Juegos Olímpicos de Pekín, conocido como «Nido de golondrina». Por la inmensidad de su tamaño tendría cualificación de «edificio imponente», pero gracias a la magistral conexión de pilares, vigas y escaleras permite aparecerse al público como una mole amable y doméstica.
El imponente Estadio
Otro es el Elbphilarmonie, de Hamburgo, sede de la Filarmónica de esa ciudad, construído sobre un almacén de cacao abandonado. Sobre la vieja construcción, que conservaron, decidieron levantar un gran volumen de vidrio de 108 metros de altura. Este es el impresionante resultado
Parece un navío atracando en Hamburgo, transportando a bordo su música.
Y el tercero que destacaría sería CaixaFórum, del cual ya escribí una entrada en su día.
En definitiva, unos arquitectos que han demostrado con creces que la arquitectura sigue siendo como en aquellas antiguas Catedrales, pero en nuestros días. Y siguen impactando, sorprendiendo, y haciéndonos sentir sensaciones y emociones a través de su contemplación. Serían poetas contemporáneos, que quieren que su materia tenga trascendencia en el espacio y en el tiempo, ¿No os parece?
Espero que os haya entretenido, ¡Hasta la próxima!